Deva Nandiny: Escritora de Novela Erótica «Autorbiografica».
Nacida en el norte de España, es una destacada escritora independiente en el género de la novela «erótica autobiográfica». Con una mente abierta y liberal, Deva ha sabido plasmar en sus obras una sensualidad y una pasión que cautivan a sus lectores desde la primera página.
Autora prolífica, ha publicado varias novelas y relatos que han recibido elogios tanto de críticos como de seguidores incondicionales. Su habilidad para contar la realidad sin complejos, junto con su exquisito manejo del lenguaje, la ha posicionado como una de las voces más originales y provocadoras del panorama de escritores independientes.
Casada y madre de dos hijos, Deva logra equilibrar su vida familiar con su carrera literaria, encontrando inspiración en cada rincón de su vida cotidiana. Sus experiencias personales y su perspectiva única sobre la sexualidad y las relaciones humanas enriquecen su narrativa, haciendo que sus historias resuenen con autenticidad y profundidad emocional.
En cada obra, Deva Nandiny invita a sus lectores a explorar los límites del deseo y la pasión, ofreciendo un refugio literario donde se celebra la libertad y la diversidad de la experiencia erótica. Su escritura no solo entretiene, sino que también desafía las convenciones y abre un espacio para la reflexión y el autodescubrimiento.
Deva continúa trabajando en nuevos proyectos, siempre con la misma dedicación y entusiasmo que la han caracterizado desde el inicio de su carrera. Sus seguidores esperan con ansias cada nueva publicación, sabiendo que cada libro de Deva Nandiny es una promesa de aventuras sensuales y emocionalmente intensas.
Casada y madre de dos hijos
En la actualidad, soy una mujer casada por segunda vez y madre de varios hijos. A pesar de las responsabilidades y las demandas que la maternidad conlleva, nunca he permitido que mis ganas de seguir viviendo nuevas experiencias se vean mermadas.
Ser madre me ha enseñado mucho y ha profundizado mi capacidad de amar y de empatizar, pero también me ha reafirmado en mi convicción de que es posible equilibrar mis roles familiares con mi necesidad de seguir descubriendo amantes, aprendiendo y disfrutando de nuevas aventuras. Ante todo soy muy mujer.
Caprichosa y caótica. A veces sumisa, en ocasiones muy dominante.
Caprichosa y juguetona, siempre he estado abierta a vivir nuevas situaciones que me desafíen y me lleven al límite. Me apasiona explorar hasta la frontera de mis propios prejuicios, constantemente empujándolos cada vez más lejos.
Esta actitud me ha permitido evolucionar, transformando lo que una vez fueron barreras en oportunidades para el autodescubrimiento y la autoaceptación. No temo enfrentarme a lo desconocido ni adentrarme en terrenos inexplorados, ya que cada experiencia, por más inusual o desafiante que sea.
A veces sumisa, otras una arpía dominante. Mi espíritu aventurero y mi deseo insaciable, no solo define mi personalidad, sino que también infunde vitalidad y autenticidad en todo lo que hago.
Cuando un hombre me gusta, me gusta. No puedo evitarlo.
Cuando me siento atraída por un hombre mi juicio se nubla. Ese magnetismo es casi irresistible, una atracción que supera cualquier intento de autocontrol. A lo largo de mi vida he tenido relaciones con personas muy cercanas a mí, tan próximas que, a veces, me he arriesgado demasiado emocionalmente.
Cuando era jovencita, me sentía enormemente atraída por algunos de los amigos de mi padre. Hombres maduros, casados y normalmente empresarios. Llegando a tener relaciones con varios de ellos.
Los esposos de algunas de mis amigas, tampoco han pasado desapercibidos para mí, manteniendo largas y tórridas relaciones con alguno. Entre mi amantes, también está el mejor amigo de uno de mis hijos, al que le saco veinticinco años. Mi ahijado, profesores míos y de mis hijos, amigos de mi primer esposo... Y mucho más...
Estos son algunos de los protagonistas que suelen aparecer en mis novelas. ¿Te atreves a cruzar esa línea?
Mis primeras experiencias.
Escribo sobre las aventuras que he vivido a lo largo de las diferentes épocas de mi vida. Desde mis años de juventud hasta mi madurez actual, cada etapa ha sido una fuente de inspiración y de aprendizaje.
Desde que era muy jovencita, siempre he sentido una fuerte inclinación por vivir morbosas experiencias. La curiosidad y el deseo de descubrir el mundo me han acompañado desde muy pronto, impulsándome a descubrir oscuras fantasías.
Cada experiencia, ya sea grande o pequeña, ha contribuido a enriquecer mi perspectiva y a fortalecer mi determinación para seguir explorando todo lo que la vida tiene para ofrecerme.
La infidelidad está sobrevalorada.
He sido una mujer infiel durante toda mi vida. Confieso que en mi primer matrimonio, con quien fue el padre de mis dos hijos y cuya relación duró casi dos décadas, fui constantemente infiel desde el primer hasta el último día. Esta etapa de mi vida, marcada por traiciones, ha influido profundamente en mi obra literaria, donde las relaciones extraconyugales son un tema recurrente.
Actualmente, me he vuelto a casar, esta vez con un hombre que no solo acepta mis deseos y necesidades de tener otros amantes, sino que también disfruta de ello. Esta dinámica me permite vivir experiencias desde otros ángulos y explorar nuevas dimensiones de mi identidad y deseos. Esta libertad y aceptación mutua enriquecen mi vida personal y se reflejan en la autenticidad y complejidad de mis novelas.
Siempre deseosa de saber que se esconde detrás de las cortinas.
Poca gente de mi entorno sabe cómo soy realmente.
Contradictoria y caprichosa son los adjetivos que mejor me definen. Por un lado, me encanta vestir provocativamente: minifaldas, pantalones vaqueros excesivamente cortos y ajustados, leggins, zapatos de tacón alto, escotes... Me gusta que me miren, no puedan evitar darse la vuelta cuando voy de paseo con mi esposo por la calle... Eso me pone mucho.
Cuido mucho mi imagen, ya que es muy importante para mí y para mis conquistas. Mi apariencia es una expresión de mi confianza y mi deseo de atraer miradas, un reflejo de mi personalidad audaz y sin inhibiciones.
Sin embargo, esta faceta de mi vida es solo una parte de mi complejo ser. Al mismo tiempo, casi nadie en mi entorno o en mi familia conoce realmente esta faceta de mí. Para ellos, soy la imagen de una mujer trabajadora, una esposa devota y una madre perfecta. Mantengo una dualidad constante, donde equilibro mi apariencia provocativa y mi deseo de aventuras con la imagen de responsabilidad y dedicación que presento en mi vida diaria.
Esta contradicción define mi existencia y me permite navegar por diferentes mundos con facilidad. Mi vida es una danza entre lo que muestro al exterior y lo que guardo en mi interior, entre la provocación y la discreción, entre el deseo y el deber.