Mi incursión en el mundo liberal comenzó cuando era muy, muy joven, fue durante una relación que marcó mi vida de una manera profunda e inesperada. Me convertí en la amante de un hombre maduro y casado, y fue a través de él que descubrí un universo nuevo y fascinante. Él me introdujo en este ambiente, enseñándome a entender y disfrutar de la libertad que ofrecía, pero siempre con respeto y cuidado. Fue su experiencia y su guía las que me adentraron en el mundo liberal, un espacio que, desde entonces, no ha dejado de sorprenderme.
Reconozco que ha día de hoy solo acudo a algunos festejos puntuales al año, sigo conociendo el ambiente liberal en profundidad, tanto en España como en el sur de Francia. Las fiestas liberales privadas, donde la sensualidad y la libertad se celebran en un entorno seguro y consensuado, son el corazón de esta comunidad. Estas reuniones, suelen tener lugar en chalets, casas de campo, también he estado en barcos, se mantienen extremadamente privadas y discretas, con acceso restringido solo a aquellos que comprenden y respetan las reglas implícitas de este entorno.
Lo que más me ha fascinado siempre de estas fiestas es cómo crean un espacio seguro donde las personas pueden sentirse libres para desplegar sus filias y fantasías sin complejos ni juicios. Es un ambiente donde la libertad individual se valora por encima de todo, y donde el respeto mutuo es la base de todas las interacciones.
Aunque el mundo liberal ha cambiado mucho desde mis primeros pasos en él, he visto cómo la originalidad y la imaginación de muchos "anfitriones" han dado lugar a fiestas tematizadas sorprendentes. Desde elegantes noches de máscaras hasta eventos inspirados en películas, subastas, BDSM... Estas celebraciones han evolucionado para convertirse en experiencias sensoriales completas, diseñadas para explorar la sensualidad desde una perspectiva creativa y sofisticada.
A pesar de los cambios, el ambiente liberal sigue siendo un espacio fascinante y liberador. Es un entorno que, aunque ha evolucionado, continúa ofreciendo la misma sensación de libertad que me atrapó desde el principio. Aquí, la creatividad y la libertad se entrelazan, permitiendo a los participantes explorar sus deseos más profundos en un ambiente seguro y sin ataduras.
Un besito a todos Deva Nandiny
Añadir comentario
Comentarios
Hay que pagar para asistir a esas fiestas?
No cielo, no se paga. Aunque en muchas de nuestras fiestas se recauda dinero para obra benéficas, no hay que pagar
Enhorabuena por la saga de relatos MI madre es una milf, pero para todos los que la estéis siguiendo creo que para comprenderla mejor deberíais leer antes la novela de Seducida por el amigo de mi hijo
Es cierto que casi todas mis novelas se solapan unas con otras, es algo inevitable, pues son a veces periodos casi coincidentes de mi vida. Tengo muchos lectores que me han dicho que están volviendo a releer la novela "Seducida por el amigo de mi hijo" a los que no hayan leído la novela, les invito a hacerlo, pues está recién editada y ampliada
Hola Deva. Me gustaría que clase de gente suele acudir a ese tipo de fiestas privadas. me refiero a si son socialmente de clase alta. También me gustaría saber que requisitos hay y si algunos hombre van acompañados de scort o prostitutas de lujo. Mucha gracias, verdaderamente es un tema que me interesa muchísimo
Hola, Elena. El único requisito que hay es recibir una invitación del "anfitrión" u organizador. En caso de ser un hombre tiene que ir acompañado de una mujer: esposa, amiga, amante... La mayoría llevan a la esposa o a la amante. En el caso de ser mujer hay más tolerancia de acudir sola, pero lo normal es ir con tu esposo, novio, amante... La prostitución está muy mal vista en el mundo liberal, si alguien del ambiente se entera que uno de los invitados ha acudido a la fiesta con una prostituta, es automáticamente expulsado del círculo y, te aseguro que no volverá a ser invitado a ninguna otra fiesta. En cuanto a la clase social, hay de todo, pero la mayoría es clase media/alta
Cuál es la fiesta más alocada que recuerdas
Quizás la más salvaje que recuerdo, fue siendo muy jovencita, en casa tuve que decir que me iba a hacer un curso por la Universidad. Fueron dos semanas en Yate por el Mediterráneo, atracando en diferentes lugares... fue demasiado.... hoy día no me iría quince días de fiesta, no podría jejejee