Estar sometida por un hombre es algo que hace humedecerme al máximo. Hay algo en la entrega de mi cuerpo y en sentirme usada, en ceder el control, que despierta en mí un deseo primitivo, innegable… La sensación de ser dominada, de no tener que tomar decisiones. Creo que me libera de un peso invisible que cargo en las decisiones diarias. Se trata de un abandono consciente, un deleite oscuro en la sumisión, donde mi mente podía desconectarse y simplemente dejarse llevar por la fuerza de otra persona. Cada orden, cada castigo, cada expresión, cada mirada intensa, se traduce en una hoguera que arde dentro de mi sexo. Haciendo que mi cuerpo responda con una urgencia casi dolorosa.
Entonces, ¿puedes imaginarte cómo responde mi cuerpo cuando estoy con varios hombres? La idea de ser deseada por más de un hombre a la vez me inunda siempre con una oleada de lujuria que se escapa a mi propio control. Es como estar atrapada entre dos o más fuegos. Me encanta que todos ellos exijan mi atención, reclamándome con la misma intensidad. La sensación de estar rodeada, de ser el centro de un deseo compartido, es abrumadora. Tan placentera que resulta casi insoportable. Siento el peso de sus miradas; la competencia tácita entre ellos por ser el macho alfa me hace sentir atrapada en un torbellino de sensaciones, donde pierdo el conteo de mis propios orgasmos.
¿Cuántas veces puedo llegar a correrme en momentos así? No lo sé. Llega un momento en que mis orgasmos son tan intensos y seguidos, que no llego nunca a saber dónde termina uno y comienza otro.
Mi cuerpo se vuelve hipersensible: cada caricia, cada vez que profundizan en mí, cada palabra susurrada resuena con una intensidad multiplicada. La lucha interna entre resistirme y rendirme a esos hombres me deja a merced de un deseo que no puedo, ni quiero, controlar. En esos momentos, cuando estoy siendo sometida por dos o varias voluntades distintas, la experiencia se transformaba en algo más allá del placer físico; entro en una catarsis, un desbordamiento que me libera de las restricciones de la moral y el control.
Dómina.
Otro día os contaré lo que siento, cuando, en vez de ser sumisa y dejar que otros usen mi cuerpo a su antojo, soy yo la que decide llevar el control. En esos momentos, todo cambia. La vulnerabilidad se disipa, y la sensación de poder inunda cada fibra de mi ser. Soy yo la que manda y ejerce, la que domina a un hombre a mi voluntad y capricho.
Cuando tomo el control, es como si una energía latente se liberara dentro de mí, una fuerza que me impulsa a explorar los límites de lo que puedo hacer. No hay inseguridad, solo determinación. Ver cómo se desvanece la resistencia en los ojos de un hombre mientras se somete a mis deseos, sabiendo que ahora él es quien está a mi merced, me llena de un placer diferente, uno que se alimenta del poder y la autoridad. Pero, como he dicho, de eso os hablaré en otro momento. Con cariño. Deva Nandiny
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Comentarios
¿Qué sentiste cuando te pusieron la primera vez un collar de perra?
La primera vez era muy joven, era la amante de un hombre bastante maduro, en una cena con amigos suyos me dio un regalo, cuando lo abrí era un collar de perro con mi nombre Olivia, me hizo ponérmelo y caminar a cuatro patas, como una perrita rodeando la mesa de los invitados... fue una sensación maravillosa...
Soy una mujer de 42 años, estoy casada y tengo tres hijos. Mi vida es aparentemente normal y aburrida. Sin embargo, soy la sumisa de un hermano de mi esposo desde hace diez años, el me inició en el mundo BDSM. Quiero a mi esposo, pero el sexo con él es aburrido, por eso puedo entender cada letra que escribes... Me gustará agradecerte tus relatos, pero sobre todo tus novelas. Un día hablamos whatsapp, no creo que te acuerdes... te pregunté porque no escribís novelas basadas en BDSM y sumisión, puede que perdieras algún lector reprimido, pero ganarías muchas lectoras. Me dijiste que te daba miedo contar algunas de tus experiencias BDSM en grupo porque habia mucho descerebrado que pudiera malinterpretar tus palabras y alimentar así conceptos del porno
Es cierto tengo temor a escribir sobre ciertas cosas como el BDSM, el sexo en grupo... siempre hay descerebrados que pueden confundir mis palabras, Entiendo lo de tu esposo, viví algo muy parecido...
Mi mujer y yo tenemos un matrimonio a ojos del mundo bastante normal. Pero en nuestros juegos de cama (Normalmente fines de semana, en eso nos identificamos mucho con tus vivencias) le gusta ser mi sumisa, en el día es una mujer con mucho carácter. he entregado a mi esposa a muchos hombres en sesiones de BDSM, pero ella se relaja unicamente si yo estoy presente. Digo esto por lo que has incidido tu sobre la confianza que una sumisa tiene que tener con su amo. Sabe que si yo estoy presente, podnré los limites precisos
Como le debe de pasar a tu esposa, cuando me pongo muy cachonda, a veces puedo perder la perspectiva, es bueno estar con gente de confianza, o que tu esposo esté cerca. Besitos
Tenía un novio al que le gustaba mucho jugar, hacérmelo en en el coche en lugares donnde iban mirones a ver parejas, recuerdo una vez que los hicimos en el capó del coche, y nos rodearon tres desconocidos y nos miraban masturbándose, jamás olvidaré ese momento. También le gustaba atarme en la cama y vendarme los ojos... el sexo era tan divertido. Por razones de incompatibilidad del trabajo, yo termine la carrera y me fui a vivir a otra ciudad, terminamos dejándolo. Desde entonces, han pasado siete años nunca el sexo a vuelto a ser lo mismo, actualmente estoy casada y tengo un hijo de ocho meses y soy feliz, pero me acuerdo muchas veces de mi antiguo novio, es como una obsesión para mí.
Busco en un esposo otras cosas, que sea inteligente, que tenga aficiones parecidas, paciente, dinámico... si lo que busco es un hombre que sepa hacerme gozar de verdad, para eso están los amantes. Es algo que siempre he tenido claro. La infidelidad está sobrevalorada, todos deberíamos ser practicantes
Me gustaría encontrar a una mujer como tu para ser su exclavo sexual, pagaría lo que me pdidieras
Espero que encuentres pronto a alguien que cumpla lo que buscas, en estos momentos no estoy interesada en hombres con ese perfil. Besitos y gracias por el comentario
Debo de haber tenido mala suerte con los hombres. He tenido dos novios, además de mi esposocon el que llevo 20 años casada. Siempre creí el sexo estaba demasiado valorado, no voy a decir que haya sido frígida, porque siempre que hacia el amor con mi esposo, terminaba corriendome. Pero pensaba que el sexo era eso, y con los años lo terminé haciendo por inercia hasta que hace un par de meses, lo hice con el chico de mantenimiento de la urbanización. Él tiene veinte años menos que yo. No fue un aqui te pillo y aqui te mato, me sedujo lentamente, con semanas de por medio. Follamos cuando mi marido se marcha a trabajar de lunes a viernes, mi vida ha cambiado tanto desde que he descubierto el buen sexo, el de verdad, el que hace que mis piernas tiemblen y mi conejo se moje al máximo... Ha sido un choque tan brutal, que estoy pensando en separarme, quizas termine enamorandome de un hombre que acabe haciendome disfrutar en todos los frentes
Siempre digo que no hay mujeres frígidas, únicamente malos amantes. Cuando das con el hombre indicado y crees morir de gusto, te das cuenta de que el sexo no está tan sobrevalorado como muchos piensan. Besitos