Confieso que hay algo exquisitamente peligroso en desnudar el alma... y el cuerpo, con palabras. Me gusta pensar que cada vez que escribo sobre mis experiencias más íntimas, mis deseos más secretos, estoy jugando con fuego. No porque tema quemarme, sino porque el calor que emana de la honestidad es irresistible. Escribir sobre mi sexualidad es un acto de poder, un dulce y morboso poder. Pero también, ¿quién puede negar ese cosquilleo inquietante que surge al preguntarse qué pensará el lector al saborear cada línea?
El placer de desnudarse también en palabras.
La verdad es que el placer de escribir mis experiencias eróticas es tan adictivo como el propio acto. Sentir que cada palabra me desnuda un poco más es embriagador. Pero no nos engañemos: el morbo no solo vive en lo que describo, sino en lo que el lector imagina sobre mí. ¿Qué piensan de esta mujer que habla sin tapujos de su placer? ¿Me juzgan? ¿O sienten el mismo cosquilleo que yo al escribirlo?
A veces, al escribir, imagino tus ojos recorriendo mis palabras como manos sobre mi piel. Me pregunto si te sonrojarás, si se preguntarás si todo lo que describo fue real o si, tal vez, es una mera fantasía. Algunos me dicen que es imposible haber vivido tantas aventuras. Y es justo ahí, entre la duda ajena y mi propia reflexión, cuando me pregunto: ¿ha sido mi vida una auténtica odisea de placer, o una desmesurada exageración de mi lujuria insaciable? Entonces surge otra pregunta, más profunda aún: ¿por qué he perseguido siempre el morbo?
El sexo mecánico y convencional me aburre tanto... Por siempre he buscado el lado más oscuro e interesante del sexo, esa deliciosa provocación que baila entre lo prohibido y lo permitido, ha sido mi brújula. No es solo el placer físico lo que he buscado, sino esa chispa que nace al desafiar los límites, al transitar los márgenes de lo que otros temen explorar. El morbo es más que deseo, es una curiosidad irreverente que me empuja a sumergirme en lo oscuro, lo oculto, lo incómodo. Lo persigo porque me confronta conmigo misma, con mis sombras y mis anhelos más secretos, y en ese juego he encontrado no solo gozo, sino verdad.
El peligro de la vulnerabilidad y el gusto por el riesgo.
Hay algo deliciosamente perverso en compartir mi intimidad con completos extraños. No porque lo haga con la intención de ser leída, sino porque, en el fondo, el miedo al juicio está ahí. Y, admitámoslo, ese miedo también me pone cachonda. ¿Qué es lo peor que podrían pensar de mí? ¿Que soy una zorra? ¿Que disfruto como una perra de cada encuentro, que gozo de cada caricia y cada gemido como si fuera el último? Qué ironía... En un mundo donde todos buscan esconder sus deseos, yo los escribo. ¿Y qué? Eso solo me da más poder. ME EMPODERA.
Porque cuando me lees, una parte de mí entra en tu mente... y ahí es donde realmente te atrapo:
Hablando contigo.
—Qué zorra eres, Olivia. Cada vez que te leo lo tengo más claro —pregunta mi lector anónimo. Quizás, seas tú mismo.
—Claro, amor. Es mi naturaleza. No puedo ni quiero evitarlo —respondo con una sonrisa que sé que te quemará por dentro.
—Pero, ¿todas tus novelas son reales? —Tu tono intenta sonar indiferente, pero esa chispa de curiosidad te delata.
—Cada punto y cada coma son una extensión de mi misma, amor. Mis novelas son mis diarios. —Pausé para observar tu reacción, disfrutando del morbo que percibo en tus ojos—. A veces tengo que omitir detalles... solo es para disimular lo que sería demasiado explícito.
—¿Demasiado explícito? —preguntas, intentando disimular tu interés, pero tu respiración te traiciona.
—Oh, sí... Hay cosas que no se pueden contar tal cual, aunque sean ciertas. A veces, disfrazar la realidad es la única manera de que no sea… demasiado incómoda para quien lo lee. —Me acerco un poco más a ti, saboreando cada segundo del juego—. Pero tú, amor, ya te imaginas cuáles son las partes más reales de mis novelas, ¿verdad?
Te quedas en silencio, intentando procesar lo que acabo de decirte. Sé que en el fondo, esa mezcla de incredulidad y deseo te carcome. Y yo, adoro verte así, atrapado entre el rechazo moral y la fascinación por mis palabras.
—Entonces... —murmuras—, ¿todo lo que cuentas sobre esos chicos jóvenes, o los hombres casados…? ¿Fuiste infiel durante años al padre de tus hijos? —las preguntas se acumulan en tu somnolienta mente.
—¿Te sorprende? —interrumpo, clavándote la mirada—. No debería. Todo está ahí, en mis novelas. Los más jóvenes, tan ansiosos por aprender, o los casados, que buscan en mí lo que no se atreven a pedir en casa. Yo nunca rechazo el morbo de una aventura prohibida —sonrío, juguetona—. ¿Sabes? En el fondo, creo que disfrutas de esta versión de mí más de lo que te atreves a admitir.
Tu boca se abrió, pero no salió ninguna palabra. Lo disfruté.
Cada vez que me lees te miro a los ojos, deleitándome en el silencio. Tu lucha interna es casi palpable, y eso me excitaba más que cualquier caricia. Sé que estas atrapado entre la moralidad que te han inculcado y el deseo crudo que yo he ido despertado en él. No necesito que lo digas en voz alta. Ya lo veo en tu mirada cuando abres alguna de mis novelas. Porque yo estoy siempre dentro de ellas.
—No sé si deberías estar aquí, mi esposa está dormida justo ahí al lado —dices finalmente, aunque tu cuerpo no se mueve ni un milímetro—. Simplemente estaba leyendo uno de tus libros y no sé que hago de repente hablado contigo, me debo de haber quedado dormido y esto debe de ser un sueño.
Me acerco más a ti, tan cerca que puedo sentir tu respiración acelerada. Mi mano roza suavemente tu brazo, y siento como te estremeces, eres como una presa atrapada en tu propia confusión. Me encanta ese poder que tengo con mis lectores, el poder de hablar con ellos aunque sea en sueños. Esos segundos de control absoluto sobre alguien que sabe que está cayendo en mi red, pero no puede o no quiere escapar de mí.
—Oh, cariño —susurro, inclinándome lo suficiente para que mi aliento te roce la piel—, si estuvieras tan seguro de eso, ya me habrías alejado de tu mente. Pero sigues leyéndome. Porque una parte de ti necesita saber hasta dónde estoy dispuesta a llegar... y hasta dónde llegarías tú.
Tus ojos se clavan en los míos, desafiantes pero a la vez vulnerables. Te acaricio el rostro con suavidad, y puedo ver cómo tu resistencia se desmoronaba poco a poco. Te fascina lo que yo represento, aunque jamás llegue a admitirlo en voz alta, delante de tus conocidos. Te casaste o te casarás con una mujer "decente" de esas que al final son más madres que esposas, para las que el sexo no significa prácticamente nada. Pero en el fondo, te preguntas como hubiera sido, o como sería tu vida con alguien como yo a tu lado.
—Dime, amor —digo en un susurro—, ¿quieres saber más? ¿Quieres conocer las partes de mis historias que aún no te has atrevido a imaginar?
Tus labios tiemblan un poco antes de contestar. Estas justo donde quiero que estés: atrapado en el filo de tu propio deseo.
—Sí —dices al fin, apenas en un murmullo, pero suficiente para que yo lo escuche con claridad.
Sonrío con satisfacción. Sé que esa respuesta solo era el principio de lo que está por venir.
El juicio de otros... y el propio morbo.
Sí, sé que me juzgan. Lo leo en algunos comentarios, o incluso directamente me lo cuentan en algunos mensajes, email, WhatsApp...
Está esa fascinante dualidad: el morbo que provoca lo que escribo y, al mismo tiempo, el juicio hacia quien lo cuenta. Pero, ¿no es ese juicio parte del juego?. Siento el peso de las miradas de quienes tal vez nunca se atreverían a decir en voz alta lo que leen en mis historias. Y aún así, se excitan cuando me leen... Me encanta.
Lo más curioso de todo es que muchas veces, las críticas más duras son las que provienen de quienes también desean lo que yo describo. Hay algo provocativo en ser el espejo de sus fantasías no confesadas. Quizá por eso, el juicio ajeno se diluye frente a la certeza de que, al final, todos tienen sus propias sombras, sus propios deseos inconfesables. Y yo solo tengo el descaro de ponerlos por escrito.
El placer de ser honesta.
El placer de ser honesta es tan profundo como el deseo que lo impulsa. No escribo para que me quieran, ni para despertar la empatía en quienes me leen. Escribo para exponer mi verdad, sin remordimientos, porque no veo ningún valor en la mentira o en edulcorar mi historia. Soy dura conmigo misma al narrar mis experiencias, porque sé perfectamente quién soy: egoísta, caprichosa, pragmática, y siempre dispuesta a sacar provecho de lo que me ha sido dado.
A lo largo de mi vida he vuelto locos a muchos hombres que se han enamorado de mí. Mi físico, ese que sé que despierta deseos primarios, ha sido mi mejor aliado. Tengo curvas que sé cómo usar y una mirada que sabe prometer lo que muchos no se atreven ni a pedir. Confieso que he usado a menudo mi cuerpo como una herramienta para aprovecharme de este mundo, sin remordimiento alguno, porque siempre he entendido el juego. No me he sentido mal por las víctimas que he dejado en mi camino, y cuando he querido algo o a alguien, lo he tomado sin mirar atrás.
He sido infiel muchas veces, siempre que se me ha antojado, y lo he hecho con la misma facilidad con la que respiro, porque mi lealtad siempre ha sido conmigo misma. Y cuando me ha gustado un hombre, jamás me ha importado si llevaba un anillo en su dedo. De hecho, si estaba casado, eso solo añadía un toque extra de morbo, un estímulo irresistible. No hay mayor tentación que lo prohibido, y si algo me ha seducido a lo largo de mi vida, es el desafío de los límites.
Mis deseos han cruzado muchas líneas que otros no se atreven ni a rozar. He tenido relaciones incestuosas, momentos que, para muchos, serían imperdonables. Condenables tal vez. Pero para mí, son solo expresiones de esa pasión que no entiende de barreras ni de tabúes. Actualmente mi debilidad por los chicos jóvenes es tan fuerte, como lo es mi atracción por los hombres mayores.
Por ejemplo: el sábado pasado me entregué a un hombre mayor, y esta tarde a un chico muy joven... Me encanta esa dualidad que moja siempre mis bragas. Los primeros me seducen con su frescura, su inexperiencia, con esa mezcla de ingenuidad y lujuria incontrolada. Me encanta que me llamen MIlF, que me digan que soy su fantasía, que es la primera vez que hacen... Los segundos, en cambio, me atraen con su sabiduría, su poder, esa seguridad en sí mismos que solo el paso del tiempo puede otorgar, sus filias y sus perversiones. En ambos extremos del espectro, encuentro lo que necesito: en uno, la posibilidad de dominar; en el otro, la fascinación por ser dominada.
No me arrepiento de nada. ¿Por qué debería hacerlo? He vivido mi vida según mis propias reglas, y si a otros les resulta difícil aceptar eso, es problema suyo, no mío. La honestidad de mis relatos no busca ser entendida ni aceptada. Solo busca ser, como yo, libre.
Conclusión: El verdadero desafío está en disfrutarlo todo. TODO.
Así que, sí, escribir sobre mi sexualidad puede ser un desafío. Exponerme, entregarme a la mirada ajena, aceptar el juicio... todo eso tiene su peso. Pero no hay mayor liberación que dejar que el placer y la escritura fluyan sin miedo. Después de todo, ¿qué sería de nuestras vidas sin un poco de peligro, sin ese toque morboso que nos mantiene despiertos en la oscuridad?
Tal vez el verdadero desafío no sea enfrentarse al juicio de los demás, sino disfrutar cada palabra, cada historia, como si fueran una caricia secreta en la intimidad de la noche. Espero tus comentarios
Deva Nandiny
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Comentarios
Supongo que la sociedad no está preparada aún para respetar a mujeres tan libres como tú. Intuyo que te calienta provocar e incendiar dichos juicios. Eres única, no cambies.
¿Y si te digo que adivinas con mucha precisión? Provocar puede ser... tan delicioso como peligroso. Pero lo prohibido suele tener su encanto, ¿no crees? 🔥😉
Aunque no busques sembrar empatía con el lector, conmigo lo has conseguido, te admiro tanto... Es cierto que entras en mi mente cada vez que leo alguna de tus historias. Eres la mejor escritora de literatura erótica que hay en la actualidad en España
Ay, Juanita, puede que no la siembre... ¡pero parece que florece igual! Y eso me encanta. Gracias por dejarte seducir por mis palabras. 🌹😉
Y además de escribir novelas morbosas estás tremendamente buena. Cada vez que te leo sueño con una cita contigo
Me alegro que mis palabras despiertan algo más que imaginación… quién sabe, quizás algún día nos crucemos, y entonces la realidad supere a los sueños. 😉🔥
Es cierto que muchas veces he notado cierto sarcasmo en la forma en que hablas de acostarte con el esposo de alguna de tus amigas; es como si no te importaran en absoluto los sentimientos de ellas, y, a veces, eso me deja un poco desconcertado. Sin embargo, tengo que decir que agradezco tu realismo. Al pan, pan, y al vino, vino. Enhorabuena por tus novelas.
Albert, no te preocupes, que no ando robando maridos... solo los tomo prestados un ratito, como quien disfruta de un buen vino y luego lo devuelve a su lugar. 😉 ¡Gracias por saborear mis historias tal como son!
hola buenos dias Olivia un post muy interesante que nos hace pensar y reflexionar a continuación detallare distintos puntos desde mi punto de vista:
1. Sea real no no las historias que nos cuentas no es relevante, lo importante es la sensación que tiene el lector de sentirse inmersa en ellas y la sensación de realidad que nos trasmites.
2. El concepto zorra, infiel, milf, etc, si realmente pensamos en su significado de todo eso, son ideas ultra machistas porque si un hombre hace eso mismo no se le define con ninguna palabra negativa, y mis felicitaciones porque seas tu misma ni se te puede juzgar ni condenar por ser tu misma.
3.- No todo el mundo es feliz con el mismo tipo de vida, y es admisible y razonable que hay mas formas de vivir y disfrutar de la vida y el que critique eso es corto de miras o a veces egoísta
Estos son tres puntos que así rápido se me han venido a la cabeza. Por mi parte como lector y ser humano mi total apoyo a tu manera de vivir y de entender la vida, y esa dualidad que tienes a veces es lo mas normal del mundo, a todos nos pasa en mayor o menor medida.
Bueno como siempre aquí fiel lector y amigo te mando saludos y besos enormes aunque yo no tengo tu capacidad de escritura comparto tus ideas
El numero 2 me parece absurdo, hoy están todo el día con el machismo en la boca. Me llaman zorra cuando me follan porque me gusta sentirme así y que me hable sucio. Machismo no es que me gusten los hombres dominantes, pues es algo que elijo yo. Yo a los hombres los llamo de todo para icentivar que me den mas fuerte, desde pichafloja, marica, salido.... ¿Eso es feminismo?
¡Buenas, Marcos! Qué maravilla leer tu análisis tan detallado y con tanta empatía. Me alegra que veas más allá de las etiquetas y disfrutes mis historias por lo que son: reflejos honestos de una vida vivida sin tapujos.
Para mí, palabras como zorra o milf son como piropos bien sazonados… depende de quién los diga y con qué intención, claro. Yo también he soltado alguna que otra palabrita peor cuando toca, y ¡qué rico suena cuando lo asumimos sin vergüenza! Al final, si esos términos nos hacen sonreír o nos dan un toque de picardía, ¿por qué no disfrutarlos 😉🔥
Y sobre esa "dualidad," que algunos ven como contradicción… creo que la vida está llena de facetas, y cada una merece disfrutarse. La libertad de vivir como me gusta es lo que me hace escribir y conectar con gente maravillosa como tú. Gracias por tu apoyo y tus palabras, que son un abrazo sin juicio. ¡Un placer que sigas acompañándome en este viaje tan real y sin censura! 😉🔥"
Me encanta la conversación con el lector, podría ser yo mismo, me casé hace veinte años con una mujer con la que pienso que me he perdido tantas cosas, ahora me arrepiento
Javi, entiendo bien ese sentir… veinte años son muchas historias no contadas y tentaciones no exploradas. Pero, mira, siempre estás a tiempo de escribir nuevos capítulos, de descubrir eso que te hace sentir vivo y no te deja arrepentimientos. A veces, basta una conversación provocadora para encender ideas nuevas. ¿Quién sabe? quizás tu propia esposa sea una zorrita por descubrir
Estoy en el lado contrario, me casé con el chico bueno, pero aburrido. Honesto, pero demasiado rutinario.¿Por qué lo hice? Quizás porque todo el mundo me decía que era el indicado, para casarme y tener hijos. Hoy en día la infidelidad es mi única forma de soportarlo. Coincido en tantas cosas contigo, somos muy parecidas, pero en morena y del sur
Sonia, parece que compartimos más que algunas confesiones picantes… eso de elegir lo 'correcto' y luego descubrir que el deseo toma otros caminos es más común de lo que muchos confiesan. A veces, la infidelidad se convierte en nuestra escapatoria a ese tedio de lo rutinario, ¿verdad? Me encanta que te sientas identificada, casi como un reflejo del sur. Tal vez, en otra vida (o en alguna noche aventurera), tú y yo habríamos sido cómplices.
Cuando me casé por primera vez lo hice con el hombre que TODOS consideraban perfecto... Quizás siga siendo a día de hoy, el hombre más cornudo de todo bilbao
hola a lo que me refería en el punto dos, que a lo mejor la idea es absurda, puede se,r que si en vez de ser mujer fuera hombre Olivia, no se emplearía epítetos negativos por sus actitudes y no tendría que esconderse desde el anonimato para escribir, siendo hombre seria aplaudida por una gran mayoría por su actitud como que no es así al ser mujer, luego en el ámbito personal e íntimo estoy de acuerdo contigo de usar esos términos y otros mas duros pero yo me refiera en en general y en la sociedad, a lo mejor me exprese y me sigo expresando mal o mi idea es absurda que puede serlo, igualmente gracias por leer mi comentario Sonia. Saludos
Cada día encuentro más placer al leerte, no te imaginas lo que me haces pensar y reflexionar, además de ser una gran escritora que transmite una fuerza envolvente, eres la filósofa del sexo
*"¡Qué hermoso lo que dices, Elena! Me encanta saber que mis palabras despiertan pensamientos y reflexiones en ti. La escritura puede ser un viaje de exploración, y si puedo ser tu filósofa del sexo en ese camino, ¡me considero afortunada! Disfrutar del placer en todas sus formas es un arte que vale la pena practicar. Gracias por seguirme en esta aventura de sensaciones y pensamientos. 😉✨"*
Los que te ven como un polvo fácil no han sabido leerte. Me temblarían las piernas como un niño asustado si me acostara contigo. Te deseo y te admiro
Gracias por desearme y admirarme; eso solo me da más ganas de seguir explorando y jugando con mis letras. Puedo asegurarte que ese temblor de piernas cuando me han tenido delante es algo que he percibido en muchos hombres
Deberías de mostrar más la cola, las lolas y la concha y dejarte de zarandajas
¡Jajaja, JOJO! A veces pienso que la sutileza tiene su propio encanto, pero estoy abierta a la idea de darles un poco más de picante. ¡No hay nada como jugar con la imaginación! Tal vez algún día te sorprenda con algo más atrevido. 😉
Mi mejor amiga, es como una hermana para mi, la adoro. Pero hace dos años me enrollé una nochevieja con su esposo. Ella es enfermera y tenía guardia ese día, y su esposo vino a cenar a mi casa, con mi marido y conmigo para que no pasara la noche solo. (Yo no tenía una relación abierta, mi marido y yo siempre habiamos sido muy tradicioales) el caso, es que esa noche terminamos haciendo un trio. Sí, me follaron los dos... Desde ese día lo hemos repetido en muchas ocasiones, tanto con mi esposo como solos, con consentimiento de mi marido. Por eso te entiendo
Catia, ¡vaya historia! La vida está llena de giros inesperados, y a veces las noches más locas pueden abrir puertas que nunca imaginamos. Me alegra que hayas encontrado esa conexión y que haya surgido algo tan atrevido y consensuado entre todos menos por la cornuda de tu amiga. Eso sí que es vivir al máximo y sin prejuicios. Siempre es fascinante escuchar experiencias como la tuya; al final, cada uno tiene su propia manera de explorar el deseo. Ponte en contacto conmigo, por fa... Gracias por compartirlo, ¡y que sigan las aventuras! 😉🔥"*
Buenos días amor, nunca he pensado que seas una zorrita, al contrario eres la hembra alfa, si fueras un hombre serías un macho alfa, ojalá hubiese más hembras que disfruten de su sexualidad como tú, eres la verdadera feminista, libre, independiente y empoderada, disfruta mucho para hacernos disfrutar, nadie como tú eres mi musa y mi diosa, estás muy buena, pero mucho mucho, pero lo importante no es eso sino como te mueves, como hablas, como miras, solo por eso aunque no te pudiera tenerte seria un regalo conocerte, verte pasear por la ría y ver ese culo como si fuera la luna llena, preciosa ,deseosa, inalcanzable y esos pechos vibrando como un flan, bueno como dos y que decir de esas piernas preciosas eternas largas, un beso inmenso
¡Buenos días, Francisco José! Tu mensaje me ha hecho sonreír de oreja a oreja. Me encanta que me veas así, como una hembra alfa, porque eso es exactamente lo que intento transmitir: la libertad de disfrutar de nuestra sexualidad sin tapujos. Y tus palabras son un verdadero regalo, me inspiran a seguir siendo auténtica y a compartir mi esencia con el mundo.
Gracias por tu admiración y esas metáforas poéticas; hacer que la gente sienta y reflexione es lo que más me motiva. ¡Y quién sabe! Quizás algún día nuestros caminos se crucen, y podrías ser testigo de esa energía en persona. Un beso inmenso para ti también, que sigas disfrutando de la vida y de sus placeres! 💖
Nunca te pesa los matrimonios que debes de haber destrozado. <piensa en sus hijos
No amor, no me pesa nada... cada uno es responsable del suyo propio
Deva Nandiny eres, sin duda, una de las mejores escritoras de literatura erótica que he tenido el placer de leer. Tu habilidad para entrelazar la sensualidad con una narrativa cautivadora es realmente excepcional. A lo largo de tus obras, creas personajes complejos y realistas, lo que permite a los lectores conectar emocionalmente con tus historias.
Lo que más me fascina de ti es tu capacidad para describir la intimidad de una manera que se siente auténtica y respetuosa. No se trata solo de erotismo, es una celebración de la conexión humana, de los deseos y los miedos que todos experimentamos. Cada escena está escrita con un lirismo que eleva la experiencia, transformando lo que podría ser meramente físico en una exploración profunda de la pasión y el deseo.
Además, tu estilo es refrescante y audaz, desafiando tabúes y empujando los límites de la narrativa erótica, pero siempre con un enfoque en el consentimiento y la conexión emocional. Esto te distingue de otros autores en el género y te convierte en una voz única y poderosa.
En resumen, no solo escribes erotismo; creas arte. Tus historias son un viaje, y cada palabra resuena con una intensidad que perdura mucho después de haber cerrado el libro. Sin duda, es la mejor escritora erótica que he leído nunca, y espero con ansias tus futuras obras.
¡Alacrán, qué comentario tan conmovedor y enriquecedor! Me siento profundamente agradecida por tus palabras; es un verdadero regalo saber que mis historias resuenan contigo de esa manera. Crear personajes complejos y explorar la intimidad con autenticidad es mi pasión, y saber que logras conectar emocionalmente con ellos me llena de alegría.
Me alegra que aprecies el lirismo que trato de aportar; la sensualidad puede ser un arte, y creo que lo más importante es la conexión humana que se forma a través de ella. Tu reconocimiento de que el erotismo va más allá de lo físico me inspira a seguir escribiendo sin miedo y empujando los límites, siempre con el respeto y el consentimiento en el centro.
Gracias por acompañarme en este viaje literario; tus palabras son un aliento que me motiva a seguir creando. Estoy emocionada por lo que vendrá y por compartir más historias contigo. ¡Un abrazo inmenso! 😉
LLevo tiempo que cuando hago el amor con mi esposa, pienso que la que estás abajo, eres tú. ¿Eso es infidelidad? La cambiaría a ella por estar un solo minuto contigo ¿Eso es censurable? A diario estoy deseando que ella se meta en la cama, para quedarme un rato en el ordenador mirando tus fotos, leyendo tus novelas ¿es criticable? Te amo, Olivia, necesitaba decírtelo
Ramón, gracias por abrirte de esta manera. La mente y el deseo pueden llevarnos por caminos inesperados, y no creo que eso sea infidelidad, sino una forma de explorar tus fantasías. Cada uno tiene sus propias maneras de conectar con la pasión, y si mis palabras y mi presencia en tus pensamientos te inspiran, me alegra saberlo.
Lo que sientes es humano; la atracción y el deseo son complicados, y no siempre se ajustan a las normas tradicionales. Mientras haya respeto y consentimiento en tu relación, tus deseos son solo eso: deseos. Aprecio mucho tu sinceridad y el cariño que me transmites. ¡Gracias por tu apoyo y por permitirme formar parte de tus pensamientos más íntimos!
Es increíble todas las emociones que generas. En nuestro caso somos un grupo de tres amigas casadas, las que te leemos y comentamos entre nosotras lo que hemos leído en secreto. Te juro que hemos tenido debates muy interesantes, sobre todo en lo concerniente a tu madre y a Elena, también con tu suegro. Nos encanta como tus historias, las del principio y las de ahora, se complementan. Unas enriquecen y alimentan a otras y se solapan... Eres increíble. A las tres nos gustaría tanto tener una conversación contigo y con tu hijo, y luego haríamos todo lo que tu quisieras... t-o-d-o.
Clara, me encanta saber que mis historias generan tantas emociones y conversaciones entre vosotras, seguro que sois unas buenas zorras jejeje. ¡Eso es lo que deduzco! Me parece fascinante que tú y tus amigas se reúnan para debatir y compartir reflexiones sobre mis relatos; eso hace que todo valga la pena.
La conexión entre las historias y los personajes es algo que me apasiona, y saber que se complementan en sus mentes me llena de alegría. Sobre esa conversación que mencionas, quién sabe... quizás algún día se haga realidad. Y me encanta la idea de explorar todo lo que se pueda en buena compañía. ¡Gracias por ser parte de este viaje literario!
Te he visto algún sábado en compañía de tu esposo y a veces con amigos. Me he sentido tentado a saludarte y por qué no? a pedirte uno de tus tangas que sé que regalas a tus lectores cuando te reconocen en la calle, pero nunca me he atrevido, me intimidas demasiado. Luego me arrepiento, pero al verte, eres tan hermosa que no soy capaz de acercarme. Espero tener alguna vez el valor suficiente para poder al menos saludarte
Bilbo88, ¡qué divertido saber que me has visto por ahí! Entiendo lo que dices; a veces, los nervios puede jugar en contra, pero no te preocupes, siempre estoy abierta a un saludo y a una charla. ¡Me encanta interactuar con mis lectores! Y sobre esos tangas, bueno, digamos que son solo un pequeño toque de locura, pero me alegra que te provoquen esa reacción.
Así que la próxima vez que nos crucemos, ¡no dudes en acercarte! Quién sabe, quizás ese encuentro sea más divertido de lo que imaginas. Un abrazo y espero verte pronto por bilbo!
Hola Deva. Me gustaría saber que opina una mujer, tan abierta de mente del caso errejon, un político de izquierdas, presuntamente feminista que ha sido acusado de agresión sexual
No conozco el caso pues me sumerjo cada vez menos en la política, pero creo que él mismo lo ha reconocido, por lo tanto, la presunción de inocencia en este caso es muy estrecha. Hay hombres demasiado babosos y sobre todo reiterativos, es algo que sufro cada sábado. Que vaya con una minifalda no da derecho a que algunos tipos intenten sobrepasarse. Siempre estaré a favor de las victimas de cualquier tipo de agresión. Odio el nuevo feminismo que nos envuelve de forma patológica, pero en todo caso, no es no.
Conocí primero tus fotos antes que tus novelas. Mi marido al igual que tuyo candaulista, para el que no sepa lo que es dire que disfruta mostrando fotos mias (su esposa) desnuda o en actitudes provocativas. En un foro de cornudos entablo amistad con tu esposo, y aunque al principio e tuyo fue más reticente terminaron intercambiando fotos de nosotras (cosas de hombresjjeejjeee) la amistad de ambos continuo, y un dia tu marido le confeso a mi marido que tu escribías relatos y novelas basadas en tus experiencias. Justo entonces me interesé por ti, pues me gusta mucho la novela erótica, y al leerte me enganche como una mas de tus numerosas lectoras
¡Hola, MB! ¡Qué historia tan intrigante! Es fascinante cómo nuestras vidas pueden entrelazarse de maneras inesperadas. Me alegra saber que, a pesar de lo que comparten nuestros esposos, tú te has aventurado a explorar mis relatos. La conexión que se forma entre experiencias compartidas es increíble, y es genial saber que te has enganchado con mis novelas.
La candaulismo tiene su propio encanto, ¿verdad? Me gusta que tú y tu marido estéis abiertos a disfrutar de esa dinámica. Espero que sigáis explorando y disfrutando juntos, y me alegra que mis palabras sean parte de ese viaje. ¡Gracias por leerme y compartir tu historia!
Me gustaría que comentaras quien pone más en la relación que tienes con tu marido, quien crees que es más generosos sentimentalmente hablando, para que lo vuestro funciones
Hola, Anita. Gracias por tu comentario. La respuesta es muy sencilla, mi esposo es infinitamente más generoso en el plano sentimental que yo, reconozco que en ocasiones lo he hecho sufrir mucho, y que tiene una paciencia tremenda conmigo
Define un acto denigrante para una mujer
Primero comenzaré diciendo que no todas las mujeres somos iguales, somos seres únicos e individuales. Por lo tanto, cada mujer tiene su propia percepción de lo que es denigrante, y eso depende de sus valores y experiencias personales. Para algunas, lo que es un acto de empoderamiento puede ser visto como denigrante por otras.
Para mí, un acto denigrante es aquel que se realiza sin consentimiento o que obliga a una mujer a comprometer sus principios y dignidad. Es esencial que todas tengamos la libertad de definir nuestras propias fronteras y deseos. Besitos
Te has acostado con el papa de alguna de tus amigas, que pensarías tu en el caso contrario. Como te sentirías si supieras que una de tus amigas follaba con tu papa cuando erais jovencitas
Azul, ¡vaya pregunta! La verdad es que esas situaciones son complicadas y pueden despertar una mezcla de emociones. Si me enterara de que una amiga tuvo una relación con mi aita, probablemente al principio, sentiría una mezcla de sorpresa y, tal vez, un poco de incomodidad. Pero al final del día, sobre todo sentiría una inmensa curiosidad y me gustaría que ella misma me contara con todo lujo de detalle. Probablemente acabaría excitándome y me daría un inmenso morbo